La corteza de la tierra está compuesta por docenas de placas tectónicas que se van moviendo poco a poco. Son movimientos lentos e imperceptibles.
En esos movimientos de las placas se va acumulando energía. Si las placas chocan entre sí en las profundidades este movimiento se detiene y, al no poder seguir moviéndose, una mueve bruscamente a la otra, liberando la energía retenida y originando el terremoto.
Las zonas donde mayor fuerza se ejerce se denominan fallas, y es ahí donde más probabilidades existen de que se produzca el terremoto.
En un terremoto se distinguen dos puntos: el hipocentro y el epicentro. El primero es el punto del interior de la corteza terrestre donde tiene origen el movimiento sísmico y puede ser superficial (si ocurre a más de 70 km. de profundidad), Intermedio (entre 70 y 300 km.de profundidad) y Profundo (a una profundidad de más de 300km.). El epicentro es el punto de la superficie de la Tierra donde el terremoto es más intenso.
Pero un terremoto no solamente puede ser causado por el choque de las placas tectónicas, sino también por otros fenómenos tanto provocados por la naturaleza como por la mano del hombre. Hablamos, por ejemplo, de experimentos nucleares, la erupción violenta de un volcán o la fuerza del agua acumulada en presas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario